Eloisa y Daniel
¿Estudiar?
Daniel dormita,
Eloisa,
a leerle los apuntes se dedica.
Es un quejica,
con la garganta hecha trizas
(pero no más: sí, quejica)
como piensa que agoniza
se tapa con una manta
y dice: "explica".
Pero no lo va a aprender
Porque sólo se mejora
cuando al cabo de una hora
busca news en Internet
Total, que mañana examen.
Y éste aquí, tan tapadito
con mi manta y mis cojines
y una cara de angelito
que no se la cree ni él mismo.
Concusión: más surrealismo,
aunque no "más de lo mismo":
yo explicando los apuntes
y nadie explica los fines
Eloisa
Eloisa habla y canta
sus apuntes en voz alta
mientras mira mis ojos rojos
de fiebre y consiguiente enojo.
"estoy perdiendo mi superioridad"
replico mientras la miro
pero ya hace tiemo que ambos
nos tiramos al vacío.
Con cautela Eloisa canta
con lucidez y sana garganta.
Las nubes son ya sombras negras
como el examen que nos espera
Ahora tirada en la cama
piensa en remodelar su poema
mientras yo escribo estas lineas
de fiebre, corazón y espera...
Daniel
3 Comments:
Moita sorte cn ese exame... eu tamn ando nels...jeje. coidat pola capi. un biqiño.
Le contaba a Eloísa mi reciente afición por esperar al momento oportuno para sacar la baraja mágica, extenderla sobre la mesa y elegir, zas, al azar, una carta cualquiera. Siempre cuenta cosas, y normalmente da los mismos consejos a la misma persona.
Hoy hizo magia tres veces. Una fue para mí misma, así que aquí no importa. Otra fue para Eloísa. Cuatro de oros: "Nunca desees suerte. Eso es para los mediocres. Desea éxito".
Curioso, dijo Eloísa, hoy volví a decir esa frase después de mucho tiempo.
Seguimos con nuestras palabras, nuestras risas, nuestros teatros, cuentos y caracoles. Yo, bruja, por mi parte, decidí dedicar una carta a Daniel. La baraja estaba boca abajo sobre mi mesa, y deprisa, la separé en dos por un punto cualquiera. Azar, lo llaman. Con medio mazo en mi mano derecha, levanté la primera carta que quedó en la otra mitad sobre mi mesa. Pensé, esta va por tí, Daniel:
As de copas.
"Una copa sola sobre la barra de un bar, una noche de luna amarilla... Imán perfecto para gatos, para crápulas, para fantasmas."
Curioso. Me sonreí.
Sin pensarlo dejé sobre la mesa la media baraja que había cortado y que aún tenía en mi mano. Más curioso. Me sonreí más.
La carta inmediatamente anterior a la tuya, Daniel, por aquella por la que corté, la última que quedó en el mazo de mi mano derecha:
Cuatro de oros. Eloísa.
Pues qué quieres que te diga... Curioso. También yo me sonreí.
Publicar un comentario
<< Home