31 diciembre 2005

Balanceándose...

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No soy muy dado a hacer balances. Para mi, y desde siempre, el año empieza en octubre, u ocasionalmente en septiembre y acaba en junio. Entre vacaciones y vacaciones. Bien podría ser entre puente y puente, porque hay veces en que un puente es más largo que la Semana Santa (que no es que se me haga larga, ni mucho menos). Los periódicos hacen balances, como este, este, este, o este, y los mayores (los de la edad de los tapujos) cada vez se ven más sorprendidos por estas fechas. “Parece que fue ayer”, decimos en el día del cumpleños, en el del final de curso, en el de Nochevieja... “Eso es que eres feliz”, dicen... Pocas cosas hay que me angustien tanto como el pensar que los mejores años de mi vida pasen con sensación de no estar siendo aprovechados. ¿No os pasa? Las Navidades lo acentúan porque el ritmo baja. Comer, dormir, bloggear, leer, ver la tele, escuchar la radio, leer los periódicos (menos, que en casa no hay suscripción), tomar “cafeses”, ir al cine y poco más. Pero pongámonos positivos. El 2006 comienza, y con él otro año fantástico de nuestra vida. Es entre otras cosas el año Mozart, sigue estando cargado de buena música, buen teatro, buenas compañías, y quizás buenos viajes. Un año para seguir creciendo, para seguir madurando. Para seguir haciendo planes y pensar en el futuro, que es lo que mejor se nos da. Hacer planes. Posponerlo todo. Pero hoy estoy muy contento, porque me voy a casa de mis abuelos. Será cena familiar, en el restaurante Peyma (que como sabeis, viene de “pescados y mariscos”). Mi abuela se sorprenderá una vez más de lo bien que nos tratan, de las veces que nos ofrecen repetir langostinos, de lo pequeña que es la tele para ver a Ramón García, y de lo feliz que puede llegar a ser esa noche, con los suyos. Mientras, su marido (y mi abuelo), más práctico, le da al vino y después al champagne (o al cava), eso si no llegamos al whisky. Siempre con una sonrisita pícara, la cara muy colorada, y unas indisimulables ganas de reir. Y como decimos aquí... ¡e que chova! Feliz año Nuevo a todos, con mis mejores (y sin embargo sinceros) deseos para todos. PD: Os dejo esta canción, ya que estamos de aniversario (de este no podremos decir, al menos muchos, “cómo pasa el tiempo”). Para que veais que todo el tiempo de Navidades no ha sido en vano. He creado una web, y estoy pensando en mejoras para el blog... Un saludo

2 Comments:

Blogger Alba said...

no es malo, caballero, hacer balances de fin de año. uno se sorprende descubriendo lo que fue, lo que es y, tal vez, lo que puede ser... y no es por ponerme mitológica ni mucho menos. vale que las festividades son mala excusa para los sentimientos y la autocrítica, pero las fronteras, límites y finales son lugares de incertidumbre, invitan a pensar...
qué 2006 venga bueno!

1/01/2006 08:08:00 p. m.  
Blogger Daniel Basteiro said...

Si, invitan a pensar, si realmente hubiera un cambio. Lo malo es que verte el día dos igual que el día 30 (hacemos el paréntesis) es desesperante... Esperanza!

1/02/2006 01:35:00 p. m.  

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