Grandes problemas
Con la alianza de civilizaciones se pretende tapar el Problema Número 1: la selección de fútbol. Y el Superproblema: el Real Madrid hace la risa. Estos dos asuntos de Estado (el Estado es casi Madrid, o el Real Madrid) hay que llevarlos al Congreso cuanto antes. El país de los adosados, alicatado hasta la mismísima cruz del Aneto, no gana ni un partidillo. Lo demás, con sus maesos y sus roquetismos, se va parcheando. Hasta la desaparición de Crónicas Marcianas se ha sobreseído con indiferencia y rápido olvido. Todo se autodevora y se regulariza por la vía A o la vía B. Pero la fiebre subterránea que derrocó al antecesor moncloví, el mero fútbol, no se subsume ni se diluye. Será por el aburrimiento, por el malaganismo postvacacional (plenas trabajaciones) o por el sopor adosativo derivado a esta mísera opulencia, el caso es que el fútbol sigue armando la osamenta putrefacta de las españas. Pensábamos que era el Quijote, pero no acaba de desbancar al fashion boys y su danza ritual de millones, goles, barullos. Hay que reconocerlo, se acaban las verbenas, baja la luz del atardesoir y entra la somarra. Entonces hay que morir a los satélites más o menos pirateados, formateados o recauchutados. Las carreras de autos, bien emitidas y bien contadas, consiguen mucho público, pero para seguir ese mundo sofisticado hay que hacer un master en cosas raras: boxes, reglajes, calidad de las diversas clases de goma y sus ralladuras según el tiempo, lo que es adelantar, como se suponía que debia ocurrir en las carreras de autos (o como aún hacen en América, esos atrasados), ya es más difícil, es algo exótico, puntual, casi una contrariedad. El pobre fútbol, tan pedáneo y tan básico, se entiende en dos minutos, y se puede disfrutar sin caluladora atómica, sin reloj de cesio ni asesoría. Es como si dijeran que para meter un gol han de cambiarles las botas a los 22 jugadores y los que salten al campo diez milésimas de segundo ya ganan. El fútbol es sencillo, y suelen pasar muchas cosas.
De ahí la importancia telúrica de esos partidillos. El antecesor moncloví no perdió la gobernatura por hacer el paripé con el tío USA de las camperas, sino porque la selección era igual o peor de mala que siempre y el gentío recela de esa grieta. Esa zona oscura de España no está resuelta, o tampoco está resuelta. Qué sinvivir.
Leído en El Periódico de Aragón, hoy
1 Comments:
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